En la periferia del corazón
se sentaba una niña
a celebrar sus años de alegría
en sus tardes de metal
transparente como un charco
como la sonrisa de los hombres
deambulaba por las arterias calcinadas
derrumbada de todo, por todos
marcaba sus pasos con lápiz
callejeando dibujaba sus paredes
de malestares embadurnados
moría cada minuto
vivía en cada arrollo
en cada cascada de aire...
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