lunes, 11 de marzo de 2019

Yo conocí a Chepe

Yo conocí a Chepe (Padre José Pérez) en el año 1991 a las siete de la noche, digo la hora porque esa vez nos habían dejado en la cuchilla que se encuentra entre la colonia El milagro  y Lo de Bran, yo venía de realizar unos mosaicos para unos juegos Centroamericanos y estaba viendo como llegar a mi casa, Chepe detuvo su jeep color celeste y me dijo que me subiera; en ese entonces en mi familia éramos muy asiduos a la misa, en el camino fuimos conversando y me preguntó sobre la actividad, yo le conté y me menciono que le encantaba la gimnasia, me dejo en mi casa.

Este fue el punto de partida para la amistad, una relación entre un adolescente  de una familia disfuncional y un párroco que tenía una claridad que a mis cuarentaintantos he encontrado en pocas personas.  Por medio de sus discursos y acciones me fui formando, un análisis muy crítico, pero calmado. No tarde en iniciar mi relación con las organizaciones eclesiales (catequista de primera comunión, seguimiento y en el grupo de jóvenes, ceb’s) y en cuanta actividad saliera me involucraba. Las conversaciones con Chepe eran francas, siempre dejaba que yo le dijera mi opinión y él de manera calmada me decía la suya,  probablemente su radicalidad era lo que me llamaba la atención me ponía contra la pared, por medio de él conocí los elementos más importantes de la vida cristiana: lo social y político.

Recuerdo que me ponía a repartir después de la misa los volantes de las Jornadas por la vida y la paz, la  formación a los catequistas iban impregnados de la vinculación más encarnada de la vida cristiana con los problemas sociales que vivíamos en las colonias, era la posguerra. Lo acompañe a todas las comunidades que existían en ese entonces, me sorprendía como vinculaba la cosmovisión maya con los principales elementos de la vida cotidiana y del Evangelio.

Toda está experiencia de adolescente a joven inspiro en mi vida, la vida consagrada, cuando se lo dijo se mato de la risa y me dijo que lo pensara, recuerdo ese día, veníamos de una comunidad y me dio los ornamentos de la misa y me dijo que los llevará a su casa, al final me despedí y así quedo. En realidad Chepe creía en la autonomía del pueblo y que de ahí estaba la presencia directa de Dios, no es buscar más curas, sino más vida, más organización.

foto de autor imprecisa, lo que sé que es de una actividad de las Ceb's
Medio año después, me puse necio y me fui al seminario, claro, con su apoyo. Su carácter de promover lo participativo siempre lo llevo a involucrarme y a involucrar a mucha gente en decisiones y acciones a favor de la comunidad. Tiempo después lo del Seminario no funcionó (cuatro años) y de igual manera con alegría me recibió, me comprometí más y más en varios esfuerzos comunitarios. Me contó lo de Eprodep en un viaje de Margaritas a mi colonia y yo le dije que en lo que podía apoyarlo, me avisara, él solo se sonrió, me apunte a apoyar en la biblioteca, en aquel tiempo EPRODEP empezaba en el salón de la colonia las Fuentes, Chepe había trasladado la mayoría de su biblioteca personal a la biblioteca de EPRODEP, fue por un tiempo y me desvincule por cuestiones personales.

Se me ocurrió formar una biblioteca en mi colonia, La Económica, a Chepe le gustó la idea y me ayudo a armarla en el salón de la iglesia, su apoyo fue siempre constante, y la sinergia que formamos fue impresionante. Podríamos contar un montón de proyectos de aquel tiempo, la Granjita, todo el esfuerzo que hicimos para la clínica de la Económica, también, nos apoyo con un grupo de títeres, Caminata por la Vida y la Paz y  el esfuerzo de las Casas Interculturales.

Chepe y yo no siempre coincidimos, a veces, su radicalidad me confrontaba, quizá porque las grandes problemáticas que vivimos en las comunidades de Ciudad Quetzal requieren ser radical y nos exige un esfuerzo extra, he de resaltar que Chepe es ejemplo de una ética inquebrantable, aprendí muchas cosas importantes en el tiempo que compartimos de cerca en el trabajo comunitario, pero esencialmente, que esa cosa bonita será cuando el pueblo crea en el pueblo.

La última vez que lo vi a Chepe, fue en la biblioteca de EPRODEP, me dio un libro sobre “Educar en la cultura de paz” le comenté de un esfuerzo comunitario que estamos formando en La Económica y sin mediar palabra me dijo que me apoyaba. Queremos esa cosa bonita, esa cosa bonita que es luchar, que es el buen vivir. Hoy ruego que mejore su salud, pero ruego y lucho porque su apoyo y su ejemplo me guie en la construcción de una verdadera comunidad.

Por: Luis Alberto De León Tobar