Yo conocí
a Chepe (Padre José Pérez) en el año 1991 a las siete de la noche, digo la hora
porque esa vez nos habían dejado en la cuchilla que se encuentra entre la colonia El milagro y Lo de Bran, yo venía de realizar unos mosaicos para unos
juegos Centroamericanos y estaba viendo como llegar a mi casa, Chepe detuvo su jeep
color celeste y me dijo que me subiera; en ese entonces en mi familia éramos muy asiduos a la
misa, en el camino fuimos conversando y me preguntó sobre la actividad, yo le
conté y me menciono que le encantaba la gimnasia, me dejo en mi casa.
Este
fue el punto de partida para la amistad, una relación entre un adolescente de una familia disfuncional y un párroco que
tenía una claridad que a mis cuarentaintantos he encontrado en pocas personas. Por medio de sus discursos y acciones me fui
formando, un análisis muy crítico, pero calmado. No tarde en iniciar mi
relación con las organizaciones eclesiales (catequista de primera comunión,
seguimiento y en el grupo de jóvenes, ceb’s) y en cuanta actividad saliera me
involucraba. Las conversaciones con Chepe eran francas, siempre dejaba que yo
le dijera mi opinión y él de manera calmada me decía la suya, probablemente su radicalidad era lo que me
llamaba la atención me ponía contra la pared, por medio de él conocí los
elementos más importantes de la vida cristiana: lo social y político.
Recuerdo
que me ponía a repartir después de la misa los volantes de las Jornadas por la
vida y la paz, la formación a los
catequistas iban impregnados de la vinculación más encarnada de la vida
cristiana con los problemas sociales que vivíamos en las colonias, era la
posguerra. Lo acompañe a todas las comunidades que existían en ese entonces, me
sorprendía como vinculaba la cosmovisión maya con los principales elementos de
la vida cotidiana y del Evangelio.
Toda
está experiencia de adolescente a joven inspiro en mi vida, la vida consagrada,
cuando se lo dijo se mato de la risa y me dijo que lo pensara, recuerdo ese día,
veníamos de una comunidad y me dio los ornamentos de la misa y me dijo que los
llevará a su casa, al final me despedí y así quedo. En realidad Chepe creía en
la autonomía del pueblo y que de ahí estaba la presencia directa de Dios, no es
buscar más curas, sino más vida, más organización.
foto de autor imprecisa, lo que sé que es de una actividad de las Ceb's |
Medio
año después, me puse necio y me fui al seminario, claro, con su apoyo. Su carácter
de promover lo participativo siempre lo llevo a involucrarme y a involucrar a
mucha gente en decisiones y acciones a favor de la comunidad. Tiempo después lo del Seminario no
funcionó (cuatro años) y de igual manera con alegría me recibió, me comprometí
más y más en varios esfuerzos comunitarios. Me contó lo de Eprodep en un viaje
de Margaritas a mi colonia y yo le dije que en lo que podía apoyarlo, me
avisara, él solo se sonrió, me apunte a apoyar en la biblioteca, en aquel
tiempo EPRODEP empezaba en el salón de la colonia las Fuentes, Chepe había
trasladado la mayoría de su biblioteca personal a la biblioteca de EPRODEP, fue
por un tiempo y me desvincule por cuestiones personales.
Se
me ocurrió formar una biblioteca en mi colonia, La Económica, a Chepe le gustó
la idea y me ayudo a armarla en el salón de la iglesia, su apoyo fue siempre
constante, y la sinergia que formamos fue impresionante. Podríamos contar un
montón de proyectos de aquel tiempo, la Granjita, todo el esfuerzo que hicimos
para la clínica de la Económica, también, nos apoyo con un grupo de títeres, Caminata por la Vida y la Paz y el esfuerzo de las Casas Interculturales.
Chepe
y yo no siempre coincidimos, a veces, su radicalidad me confrontaba, quizá porque
las grandes problemáticas que vivimos en las comunidades de Ciudad Quetzal requieren
ser radical y nos exige un esfuerzo extra, he de resaltar que Chepe es ejemplo
de una ética inquebrantable, aprendí muchas cosas importantes en el tiempo que
compartimos de cerca en el trabajo comunitario, pero esencialmente, que esa cosa bonita será cuando el pueblo crea en el
pueblo.
Por: Luis Alberto De León Tobar
1 comentario:
Realmente desde que lo conocí hizo una gran impresion en mi vida, cambio mi forma de ver muchas cosas y me ayudo a comprender otras tamtas mas, me hizo el regalo mas bonito. Aprender a creer en mi misma.
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