En la metálica existencia de cada uno
desordenamos este camino de noches
cada uno se vuelve un tornillo
que se mese en el abanico del olvido
nadie tuerce este paraíso
que ya es ceniza
revolvemos cada uno de sus aportes
se vuelve mezcla
se vuelve aire
se va
nutriendo cada marea
sembrando arcos de cuerpos
con piedras que nadan en el cielo
tan bello
atosigado de emblemas
de caricias
de sexo
lleno de amarillas letras
hay que sacudir la celestial presencia
para ver tus ojos como cometas
que se estrellan en mi terrícola existencia
me sorprende tu amable acción sin nombre
torturando
devanando la existencia de un ser vivo
que espera al cometa
que anhela ser polvo estelar
ser piedra, ser arena, ser cadena
que el aire lleva
limpiando el terreno
caminando
sobre él.